“Detesto mi pasado y el de otros. Detesto la resignación, la
paciencia, el heroísmo profesional y los
sentimientos obligatoriamente bonitos“
René Magritte (1898, Bélgica- 1967, Bruselas) fue un pintor
surrealista belga. Fue conocido por sus pinturas provocativas e ingeniosas, las
cuales jugaba con la contradicción con el fin de cambiar la percepción precondicionada
de la realidad y forzar al observador a percibir su entorno de una manera
diferente.
Hay que decir que a René no le gustaba hablar sobre sus obras,
cuando se veía forzado a hablar de su arte mostraba disgusto, aburrimiento y
cansancio. Evitaba que lo llamaran artista y se describía como un hombre que
piensa y que comunica sus pensamientos ilustrándolos. Su idea del éxito era que
los cuadros carecieran de cualquier explicación que valiera para satisfacer la
curiosidad del espectador. Es por esto, que en vez de explicar las obras de
René según mí parecer, explicare lo que el propio autor dijo sobre ellas.
(La traición de las imágenes 1929)
El cuadro describe una pipa. Magritte pintó bajo la pipa:
«Ceci n'est pas une pipe» (Esto no es una pipa). El cuadro no es una pipa, sino
una imagen de una pipa. Como Magritte dijo, «La famosa pipa. ¡Cómo la gente me
reprochó por ello! Y sin embargo, ¿se podría rellenar? No, sólo es una
representación, ¿no lo es? ¡Así que si hubiera escrito en el cuadro "Esto
es una pipa", habría estado mintiendo!»
La idea de Magritte era la de provocar una sensación en el
espectador de incredulidad y negación de la imagen. Y lo consigue porque al
tiempo que lo leemos lo negamos, ya que para nosotros es una pipa. Es lo que consigue
con esta leyenda: condicionar la percepción del espectador y así romper con la
tradicional representación de objetos, que como esta pipa, sin la leyenda no
habrían hubieran tenido ningún interés en el espectador.
(La llave de los sueños,1930)
Con este cuadro, René, siguió con la idea de la
contradicción. Pero añadido a este propósito, juega con el reconocimiento, la
sorpresa y la liberación del pensamiento.
La pintura “La llave de los sueños” aparece en forma de
composición estructurada en cuatro partes iguales por un marco de ventana
pintado. En cada uno de los cuartos -éstos producen el efecto de pequeñas
pizarras-, Magritte pintó un objeto realista y con una caligrafía de escolar
escribió bajo el mismo un título que sólo en un caso -«L'éponge» (esponja)-
corresponde al nombre habitual. Los tres objetos restantes se designan con un
nombre falso. A una bolsa se le da el nombre de «Le ciel» (El cielo), bajo una
navaja abierta se escribe «L'oiseau» (El pájaro) y finalmente una hoja se
denomina «La table» (La mesa).
“Una palabra o una imagen pueden ocupar el lugar de un objeto,
remitir a un elemento de la realidad. Esto sucede a través de la evocación
selectiva de una image mentale (imagen mental). No obstante, las palabras y las
imágenes pueden responder sólo de sí mismas y no remitir a nada fuera de ellas.
Su significación dependerá por tanto de su uso y de su combinación.
(El imperio de las luces, 1953)
Este cuadro está pintado al final de su carrera, pertenece a
una serie de cuadros donde todos tienen el mismo motivo. Simplemente cambia el
enfoque, la perspectiva o el ángulo. En algunas de las versiones sitúa la
escena al borde de un lago para jugar con el efecto del reflejo de la luz
eléctrica en el agua. En otros casos introduce elementos vegetales como árboles
para enmascarar parcialmente las fachadas, o vegetación verdosa.
(El imperio de las luces, 1950)
(El imperio de las luces, 1954)
Lo insólito del cuadro es el cielo. Al representar
construcciones iluminadas por luz artificial parece que debería de tratarse de
un paisaje o vista nocturna. Y no es así, ya que se trata de un cielo azul
diurno con las nubes algodonadas típicas de Magritte.
En esta versiónaleja la vista sacrificando los detalles por
un mayor contraste y efectismo entre la luminosidad del cielo y las sombras
nocturnas de la parte inferior, acentuando lo enigmático del conjunto.
Magritte estaba fascinado por la relación de contrarios que
generaban el día y la noche, que le suscitaban e inquietaban de igual manera, y
que supo plasmar perfectamente en estas obras, cuya sensación de quietud y paz,
suscitan precisamente lo contrario en el espectador.
Todas sus obras están expuestas en su museo, que es la casa
en la que vivió René. Esta, tiene una fachada peculiar, haciendo un guiño a esa
contradicción con la que ha jugado a lo largo de su vida en sus cuadros.
Muchos autores escribieron libros sobre ella y sus obras,
sus contradicciones. Pero se dice que el que mejor supo plasmar la idea de
Magritte, sin casi explicación como a él le gustaba, fue en el libro “Understanding
Comics” de Scott McCloud. Principalmente habla sobre el cuadro de la pipa. El
escritor señala que la versión que aparece en su libro no sólo no es una pipa,
sino que son algunas copias impresas del cuadro de una pipa.
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